lunes, 13 de octubre de 2025



Odontología moderna y salud cardiovascular: una conexión vital



Hoy en día, la odontología no solo se centra en el cuidado estético de la sonrisa o en la prevención de caries. La ciencia ha demostrado que una buena salud bucal está íntimamente ligada al bienestar general del organismo, en especial al corazón. La boca ya no se entiende como un órgano aislado, sino como una puerta de entrada que refleja y afecta la salud sistémica.



Enfermedades dentales y su impacto



Las principales afecciones de la salud oral —como la periodontitis (inflamación crónica de las encías), la gingivitis y las infecciones dentales— producen una carga constante de bacterias y toxinas que viajan a través del torrente sanguíneo. Este proceso genera inflamación sistémica, factor clave en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.



Relación con el riesgo de infarto



Diversos estudios médicos han demostrado que la mala salud dental puede aumentar el riesgo de sufrir aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), hipertensión e incluso infartos cardíacos. Las bacterias presentes en la boca favorecen la formación de placas en los vasos sanguíneos, obstruyendo la circulación y debilitando el sistema cardiovascular.



Prevención y bienestar



La odontología moderna insiste en la prevención: controles periódicos, higiene diaria (cepillado y uso de hilo dental), y tratamientos tempranos que eviten la progresión de enfermedades. Mantener la boca sana no solo previene la pérdida dental, sino que también protege al corazón, reduciendo la posibilidad de complicaciones graves.